“Me interesa el elemento espiritual de la materia, el vínculo que se establece entre el escultor y la obra, ese intercambio de energía; la capacidad para obrar y transformar. Ese acto que se mantiene en secreto y que de algún modo nos une para siempre.
El hatsuru es un verbo que se utiliza en el argot del oficio de la cantería. Es el acto de medir la resistencia de la piedra y la propia fuerza, la captación de las particularidades de la materia. Es un diálogo entre el tallador y la piedra”.